jueves, 5 de enero de 2017

Gilmore Gilrs "A Year In the Life"

WINTER - "I smell snow"

De las cosas que más he esperado ha sido el regreso de la serie "Gilmore Girls", aunque es un regreso breve, de solo 4 episodios que nos muestran qué ha pasado con los personajes después de varios años de ausencia. El "revival" está segmentado en las 4 estaciones del año, razón por la cual éste regreso lleva el nombre de "A Year In The Life". 

El primer episodio es de la estación de invierno; básicamente nos da un resumen de cómo va la vida de los personajes y un emotivo homenaje a Edward Hermann, que interpretaba a Richard Gilmore, papá de Lorelai. El duelo y los muy comunes enfrentamientos de Lorelai con su mamá Emily, la ausencia de Sookie en el Dragonfly y el caos que ésto conlleva, la vida un poco inestable de Rory y el ver que Lorelai y Luke siguen juntos. Es curioso, es como si los personajes y todo Stars Hollow hubiera estado congelado, y que al abrir los ojos salen los presonajes más que actualizados. La primer escena es de Lorelai en el famoso kiosco del pueblo, esperando a Rory. La escena está maquilada tan bien que muestra el encuentro de ambos personajes que estuvieron alejados por un tiempo porque Rory estaba en Londres, pero que a su vez fue el encuentro de dos actrices que estuvieron trabajando juntas durante 7 años. Claramente se ve nostalgia y alegría en los ojos de Lauren Graham (Lorelai), y no solo porque se trate de una buena actriz, sino porque me atrevo a decir, Lauren transmite la emoción de volver al set. Kirk, el "multitask" emprende un "nuevo" negocio, un "Ooober", versión pirata de "Uber", pero que como siempre ocurre, es un negocio que termina por abandonar. En cuanto a la ambientación está más pulida y concuerdo con un comentario que hizo Lauren en una entrevista, es como si se tratara de 4 pequeñas películas y eso, simplemente me deja con ganas de más...No sé, quizá algún día nos regalen una película de ésta fabulosa serie.

SPRING- "Legado" La nieve se fue, pero el duelo y la vida desordenada de las chicas Gilmore no ha desaparecido. Rory sigue en un hueco profesional y en un embrollo emocional, mientras Lorelai y Emily intentan juntas llevar el proceso del duelo a un nivel diferente, muchos cambios estarán por llegar. Rory regresa a Chilton dentro de toda su caótica vida y se da cuenta que no solo ella tiene dificultades de salir adelante y que evidentemente las apariencias engañan. La última voluntad de Richard Gilmore es revelada por Emily y esto traerá consigo una serie de decisiones. Aunque el ambiente de éste episodio hasta cierto punto tiene un tono melancólico, sigue teniendo los elementos humorísticos y extraños propios de los personajes de Stars Hollow; todo continúa en su esencia. 

SUMMER - "Un respiro" Ante la poca actividad y decepciones laborales de Rory, decide descansar en Stars Hollow, después de andar de un lado a otro sin éxito alguno, pero ahí, en su pequeño pueblo quizá pueda encontrar las respuestas a varios de sus problemas. Lorelai también sufre en lo laboral, el exito de "Dragonfly" la ha obligado a pensar en la posibilidad de expandirse, pero no es tan sencillo como pudiera pensarse. Richard Gilmore sigue presente a pesar de no estar físicamente, se manifiesta con un continuo homenaje por parte de los escritores y productores. De a poco, los personajes de los cuales no sabíamos qué había pasado con ellos empiezan a hacer su aparición. Éste episodio pintaba para ser muy gracioso, pero por alguna extraña razón, metieron escenas demasiado largas que no tenían el mérito de hacerlo, lo cual lo hizo un poco pesado e innecesario, lo único que se justifica de éste desfile de escenas extras es lo que vendrá después, casi al final del episodio y que será determinante para el último episodio de la temporada "A Year in the Life". 

FALL -"La despedida" Una pausa, una necesidad de encontrar algo que había estado perdido y otras cosas olvidadas. Es extraño que muchas veces el aislarse de todo y todos puede darle claridad a las personas, externa los miedos, los rencores y da una visión diferente y un nuevo rumbo a la vida. Por otro lado, la luz que comenzó durante el verano y que fue patrocinada por un personaje del pasado, fue creciendo hasta llegar a uno de los proyectos más importantes de Rory. El resto de los personajes que no habían salido en los episodios anteriores siguen apareciendo y con ello marcan un adiós. Lo esperado llega, lo no esperado también, cada vida sigue su curso, otros permanecen, otros se recuerdan y de otros se proclama una renuncia. No quería llegar hasta éste episodio, porque significaría el fin de una serie que vi durante muchos años y que he vuelto a ver más de una vez. Como mencioné en post anteriores ésto era lo que tanto esperábamos los fans, que la serie volviera, y aunque fue corto su regreso si deja sin duda un buen sabor de boca; quizá en algunas cosas los fans hubiéramos deseado que ocurrieran muchas cosas de forma un poco diferente, pero recapitulando me parece que fue un final merecido, esperado y que aún nos deja con un poco de esperanza de que quizá, un día, vuelvan para llevar una continuidad ante dos sucesos que quedaron en el aire. Ese kiosco que tantas historias trajo, ahora cierra momentos importantes. Stars Hollow que tanto les regaló a los personajes y a los fans, ahora será testigo de la despedida de ésta magnífica historia, con un toque mágico e inesperado.


viernes, 23 de diciembre de 2016

Un mes después

Éste año ha sido particularmente difícil. Hacía tiempo que mi papá sentía dolores y molestias, iba a consulta y cada vez le decían cosas diferentes; que si era colitis, que tenía alguna infección o que simplemente no era nada de cuidado.
Las cosas empezaron a cambiar cuando un doctor le pidió que suspendiera un medicamento para ver la reacción del cuerpo porque ese medicamento puede enmascarar enfermedades y a partir de ahí tomar una serie de estudios. Así pasó algo de tiempo y el resultado salió con una elevación importante del antígeno prostático; habría que hacerle unos estudios, entre ellos una biopsia.

La biopsia se la realizarían en León, puesto que aquí no había personal capacitado para hacerlo (siendo en el Seguro no sé qué tanto personal sea realmente capacitado); viajamos a León y fue inútil; el personal de ahí se molestó de que nos hubieran mandado con ellos y muy a su pesar le dieron el papeleo para que en otra visita se realizara la biopsia.

Mi papá decidió intentar el que se realizara la biopsia aquí, y dijeron que ya se contaba con el personal, así que ya no era necesario realizar un viaje a León.
El resultado de la biopsia fue un fiasco, le tomaron mal las muestras y de 10 muestras sólo 2 pudieron analizarse, con lo cual pedían que se volviera a realizar el estudio; más sufrimiento e incomodidad para mi papá, pero no teníamos otra opción.

Lo que he escrito ahora no transcurrió en pocos días sino desde el mes de abril hasta principio de diciembre. Éste tipo de situaciones son estresantes, más para las personas que somos negativas. Traté en la medida de mis posibilidades de pensar en positivo, pero los pensamientos negativos se apoderaban de mi haciendo que en mi cabeza se gestara una serie de preguntas, de miedos, de arrepentimientos. A todo esto se sumaban comentarios de personas cercanas que mostraban quizá su preocupación de una forma equivocada, hablaban como si ya hubiera un diagnóstico y ese diagnóstico fuera eso de lo que tanto temíamos, y mientras había otras personas que mostraban su apoyo por medio de buenos deseos y palabras de aliento que siempre agradeceré.

Después de la segunda biopsia, mi papá tuvo una complicación que provocó que fuera a urgencias porque no podía orinar; le pusieron una sonda y tuvo que dejar de asistir al trabajo. Cuando lo vi con la sonda lo sentí muy vulnerable, verlo de un día a otro así, desanimado, con el cuerpo cansado como si se tratara de un señor de edad más avanzada me hizo sentir mal, pero traté de mantenerme positiva y sin mostrar temor, para no desanimarlo más; claro que en las noches era distinto, era el momento en el que me derrumbaba, es donde suelo soltar todo lo que vivo, a oscuras los sentimientos no se reprimen.

Mi relación con Dios durante el último año ha sido más cercana que en años anteriores y en medio de éste problema de salud no fue diferente, aunque debo reconocer  que hubo un momento en el que tuve una pequeña crisis. Por las noches solía pedirle que por favor nos ayudara, que no soltara de nuestras manos, que deseaba que de regalo de cumpleaños mi papá estuviera bien, que era lo que me interesaba, que nunca le había pedido cosas materiales, que necesitábamos de mi papá y de Él.

Días antes de nuestro cumpleaños (de mi hermano y el mío) le dieron los resultados. Estábamos sentados mi mamá, papá y yo en unas bancas del Seguro, mi mamá antes de leer el resultado comentó que quizá no era nada malo porque se lo habían entregado sin sobre; empezó a leer el resultado…”Carcinoma acinar prostático…” Sabía que esa palabra no era muy buena, empecé a buscar en el celular y los resultados de la búsqueda me indicaban aquella palabra que no queríamos oír ni pronunciar “Cáncer”. No se los comenté, lo leí solo para mi mientras nos dirigíamos a urgencias, buscando a una prima de mi mamá que trabaja ahí. 

Mi corazón comenzó a latir muy fuerte, queriendo salirse, quería llorar, quería decirles porque se veían un poco despreocupados, pero no sabía cómo, me estaba muriendo por dentro, pensé que ya todo estaría escrito y aunque sé que el cáncer no es una sentencia de muerte, el miedo volvió a hacer de las suyas, mi cabeza estaba extraña, por un lado me sentía como en el limbo y por otro con un montón de pensamientos negativos, de tristeza, de preguntas. Estando con la prima de mi mamá, preguntó que si ya teníamos los resultados, mi mamá dijo que si y se los dio.
-“Lo primero nos puede preocupar” -¿Quieres que le hable a mi jefa para que te diga bien el diagnóstico?
Mi mamá contestó: –“Pues me daría pendiente por ella”-, me apuntaba con la mirada.
Tomando un poco de aire le dije: -“Ya sé que es…” y no pude decir más, simplemente empecé a llorar y vi cómo a mi mamá se le empezaron a llenar los ojos de lágrimas, pero no quiso que salieran, dijo que tenía que “aguantar”. Busqué más, en relación a lo que estaba escrito en el diagnóstico, consultaba una y otra página, siempre checando que fuera una página de fiar; vi la etapa en la que se señalaba que estaba, era un cáncer focalizado en la próstata y que dentro de lo malo era un cáncer tratable y que nos daba la esperanza de que todo saliera bien.

A pesar de saber eso y de ser confirmado por el doctor ese mismo día, me seguía sintiendo estresada, con miedo, con mucha tristeza y fue ahí donde comencé con mi pequeña crisis de reclamo. ¿Por qué Dios no me escuchó?, ¿Por qué si Él más que nadie sabe que he tratado de mejorar?, ¿Por qué? Y por otro lado pensaba que debía estar agradecida con Él, porque pese a ser cáncer, era algo que tenía arreglo, que tenía que confiar y echarle ganas, de pensar de manera diferente. Pero estando donde estábamos, es difícil actuar como lo piensa nuestra cabeza; y en mi personalidad fatalista pensaba lo peor, y sentía que le debía tanto a mi papá, que ni siquiera pude hacer algo para hacer que se sintiera satisfecho y orgulloso de mi, que no le había dado la oportunidad de llevarme al altar, de darle un nieto, que me había quedado con una vida tibia, que no hice nada y que el tiempo corría. Un tío me comentó que no fuera tan egoísta y que pensara más en él, que aprovechara para estar más tiempo con él, acercarme, disfrutarlo fuera el tiempo que fuera, pero que no me preocupara porque todo saldría bien, las cosas estaban a su favor.

Mi papá tomó la decisión de operarse para acabar con el cáncer de raíz, siendo así el cáncer ya no estaría presente en su cuerpo, con el pasar de los días me empezó a llegar la duda si los resultados estarían bien, pensaba, “¿Y si al llegar la operación los doctores se dan cuenta de que está en peores condiciones?” y al mismo tiempo me repetía “Confía, confía”.

La actitud que tomó mi papá desde el momento mismo de saber su condición fue envidiable, aunque supongo que en el fondo no estaba tan bien, pero lo que externó fue una tranquilidad que trató de transmitirnos, de un buen ánimo y de esperanza y creo que eso ayudo un poco a aligerar la mala noticia; claro, durante éste tiempo era subir y bajar de ánimo, a veces lo veía ausente, otras tranquilo, otras normal y platicador, pero presiento que no dejaba de pensarlo y que le preocupaba la operación y también me atrevo a decir que se preocupaba de nosotros.
El día de la cirugía estaba tranquilo, hasta bromeó un poco; pasaron las horas y a diferencia de lo que creía no se me hizo tan pesado, creo que ayudó la visita de unas tías.
Después de unas horas, entró el doctor a la habitación; la operación había sido un éxito, ya solo necesitaba estar un momento en recuperación para después verlo.
Al llegar se le veía su piel de un color distinto, estaba adormilado, claro que esto es normal después de la operación. Pasó en el hospital un par de días y regresó a casa.
Actualmente se encuentra convaleciente aún, batallando a veces un poco por los estragos de la cirugía, pero está bien y ahora estamos mejor porque sabemos los resultados de patología y el daño del cáncer fue solo de un 15%; con la operación está libre de éste mal y espero que así sea siempre.

Ayer me reuní con mi amiga, que siempre estuvo al pendiente de él y que me demostró su apoyo de muchas formas. Cuando le estuve platicando todo lo ocurrido con más detalle, se sorprendió un poco porque dijo que si ella lo estuviera platicando estaría llorando. La verdad es que yo me he cuestionado lo mismo, soy muy sensible, pero no sé por qué no he llorado tanto como pensé que estaría. A veces creo que es porque siento que aún estoy como en un mal sueño, un poco desconectada de la realidad, o quizá solamente se trate de que estoy tranquila porque todo está bien, y eso es lo más importante ahora. 

domingo, 24 de julio de 2016

¿Diamante en bruto, o un bruto diamante?

Creo que desde que tengo uso de razón siempre he tenido conflictos internos, deshacerme de ellos nunca ha sido una tarea fácil porque yo misma en muchas ocasiones me lo hago aún más difícil. Los celos, el poco amor hacia mi persona, la falta de confianza, el apego, mis compulsiones, mi ansiedad y un montón de defectos me han anclado firmemente en la tierra y no puedo salir de ahí. 

A veces parece que voy caminando por el camino correcto o que empiezo a soltarme un poco de esas ataduras, pero siempre llega algo que me vuelve a hundir, que me hace sentir en ocasiones una persona miserable incapaz de corregir sus errores, de sonreír de una forma pura, de ser libre de preocupaciones, de cosas del pasado; pocas veces en realidad vivo mi presente porque mi mente me recuerda lo que ya ocurrió o lo que me gustaría que pasara en un futuro inmediato, a mediano o largo plazo, pero pocas, solo pocas veces me he concentrado en vivir lo que tengo en ese momento; y eso me hace sentir que no he vivido de la manera como se debe vivir y sé que me voy a arrepentir. 

No sé que es lo que espero para poder realizar esos cambios internos que son tan necesarios, que me agobian y que no me desencadenan de mis miedos. Quiero irme a dormir, levantarme por la mañana y sentir una satisfacción al 100%, una sonrisa de oreja a oreja, que la gente me vea a los ojos y vea a una mujer transparente, que deseen conocerme más, que se sientan cómodos conmigo y que no me vean como alguien de quien se puedan burlar, alguien con quien les de gusto platicar o simplemente les de gusto saludarme; pero si, sé que no soy esa clase de mujer y que muy difícilmente llegaré a serlo.

jueves, 4 de febrero de 2016

Historia en un baúl

En el mes pasado iba a hacer éste post en relación a un recuerdo que me vino de pronto; eran días de juventud, cuando tenía 15 años. 
Había un vecino que me llamaba la atención, pero no nos hablábamos, ni siquiera con un "Hola". Cierto día, tuve la sorpresa de que fue a buscarme junto a dos amigos suyos, esa búsqueda fue siempre para mi algo extraño; es decir, que lo veía con reserva y con la idea de que algo no andaba bien, aún así me emocionó el hecho de que por fin desde algún tiempo ese chico se acercara.

Sus primeras palabras fueron:  -"¿Sabes quién soy?"- a lo que respondí de una forma "disimulada" tratando de que no se notara de que sabía su nombre; sus siguientes palabras alegraron un poco mi corazón pese a la duda. 
-"¿Cuándo salimos?- 
-"Mmm, si quieres primero platicamos y luego vemos, ¿no?"

Y comenzamos a platicar por un buen rato afuera de mi casa y esto se repitió durante varios días de forma consecutiva. Algunas de esas veces fueron estando los dos solamente y una más se agregó más tarde uno de sus amigos. Todo iba bien, o al menos parecía que así iba y en mis pensamientos se albergaba la idea de que probablemente él sería mi primer novio.
Un día me invitó a una fiesta de 15 años de una compañera suya y después de casi hincarme ante mis papás para que me dieran permiso se me otorgó la oportunidad de tener la primera cita de mi vida. Estaba sumamente nerviosa pero traté de disfrutar de la noche, platicamos, nos conocimos un poco más, pero no hubo ni beso, ni palabras que me indicaran que le gustara. Cuando tenía que irme me preguntó que si podría ir a buscarme a mi casa otro día, a lo que contesté gustosa que si (claro que traté de disimular nuevamente).

Los días pasaban, esperé y esperé pero no tocó el timbre y me hacía un montón de preguntas, algunas sin respuesta y otras fueron respuestas fantasiosas o fatalistas, esto último me sale muy bien.
Después de varios meses una amiga mía me preguntó por él y le dije que no había pasado nada más, entonces se le ocurrió la "fabulosa" idea de hablarle por teléfono para invitarlo como chambelán de sus quince años, a manera de pretexto y para que conforme a la plática ella pudiera sacar información sobre mi. De esa conversación salió una respuesta hiriente y decepcionante, resulta que me buscó porque yo era "la única chava que le faltaba conocer del fraccionamiento". Con esto mis pensamientos sobre una posible apuesta con sus amigos se hacía mucho más fuerte. En algunas ocasiones tuvo comentarios que se me hacían raros, cosas como: "¿puedes guardar la invitación de los XV años para que no lo vea mi amigo?, no le dije que te iba a invitar", o aquello que me dijo la última vez que me fue a buscar después de meses de no hacerlo, él iba por un CD que me había prestado, fue con otros amigos, se acercó hacia mi y me dijo a manera de secreto: 

-"Luego te digo por qué no había venido, el sábado te busco"-
-"No puedo el sábado, me voy de vacaciones"-

Y esa fue la última vez que hablamos, no más visitas, no más planes.

Conforme a diversas experiencias que he tenido he llegado a pensar que a los hombres les gusta jugar conmigo, no se si me ven cara de mensa y quieren aprovecharse de ello, lo único que sé es que cada experiencia que he vivido ha sido dolorosa conforme a su tiempo, a su madurez o ausencia de ella y a la intensidad del sentimiento. Engaños, mentiras, promesas, dudas y muchos porqués que quedaron en el aire y en el olvido por parte de aquellos que formaron parte de mi vida.

(Justo ahora escucho la "Zamba del Olvido", ¿será una señal? "Deja el recuerdo caer como un fruto por su peso... Yo digo que el tiempo borra la huella de una mirada, mi zamba dice no hay huella que dure más en el alma")

La verdad es muy triste que haya tenido ese tipo de experiencias, más cuando he tratado de dar lo mejor de mi, cuando abrí mi corazón, cuando fui sincera y respetuosa con lo que sentía, con lo que tenía. Estaría de acuerdo que me vieran así si fuera una mujer que solo busca divertirse o que toma las cosas a la ligera o que quizá me haya comportado de la misma forma que ellos, pero nunca ha sido así. Bueno, supongo que la vida tarde o temprano dará a cada quien lo que se merece; dejémosle al tiempo lo que es del tiempo.

jueves, 17 de diciembre de 2015

La diferencia entre pensar y realizar

Este año como en todos, mi vida se llenó de matices y como siempre pasa me llegan las crudas mentales, aquellas en las que me enojo por no haber cumplido lo que prometí o por no haber cambiado aquello que quisiera cambiar, aunque esta cruda me sucede casi a diario.

En mi cabeza ocurre un torbellino de ideas y de proyectos que quisiera emprender, pero que por una o por otra razón he tenido que deshacerlos o simplemente tratar de no volver a pasar en ello.
No hace mucho tiempo empecé a trabajar un proyecto de una revista, la cual no prosperó por falta de colaboradora y volver a retomarlo ha sido difícil porque conozco poca gente y necesito alguien de confianza, trabajadora y que conozca sobre el tema.

Otro proyecto tiene que ver con la fotografía, quienes aún me lean recordarán que siempre me ha gustado la fotografía y que cuando estaba en la secundaria empecé a tomar cursos. El año pasado tomé un diplomado y aprendí mucho más que los cursos anteriores, incluso obtuve mención honorífica y mi maestro ha confiado y ha tratado de impulsarme, ya hasta me dice: "Martha, you're the best" (jiji). ¿Y qué pasa con ese proyecto? pues nada, que siento que para poder realizarlo necesito mucho más conocimiento, no solo del manejo de la cámara sino también de composición (sigo sin entender bien cómo lograr la regla de oro), edición e impresión, en fin, sé que es un camino largo que requiere tiempo, paciencia, práctica y dinero. Me encanta la fotografía y sueño con un día lograr fotografías impecables, que transmitan. He llegado ha pensar que me equivoqué de carrera y que lo mío es la retratar la vida, viajar, conocer y compartir lo que mis ojos ven a través de la lente, No sé quizá un día vean una de mis fotos en National Geographic (se vale soñar).


Y hablando de sueños, me temo que dejaré a un lado aquello de casarme y tener hijos, no porque no quiera (lo deseo y mucho) pero no se puede y me parece que eso no cambiará. Dicen que todas las mujeres desean lo mismo, no, no todas, pero yo si soy de las que considera importante formar una familia, pero no a todas se nos da la misma oportunidad de realizarnos como esposas o como madres.

Bueno, ya veremos lo que el destino me deparará, espero no me trate a golpes.

jueves, 12 de noviembre de 2015

Para concluir...

El tiempo ha pasado y como suele ser las cosas cambian, no importa si las personas juran y perjuran que las cosas seguirán igual y que no habrá nadie más, la vida sigue y nos va llevando por caminos que aunque nos aferremos a otro, nos llevará a lo inevitable.
Mi ex tiene una nueva relación, cosa que es normal, con lo cual le deseo que sea feliz y que ojalá sea la mujer adecuada para él.
Hay cosas que no me cuadran un poco sobre eso, porque al felicitarlo por ello me comentó que seguía teniendo sentimientos hacia mi y que ella lo sabía; no pretendo juzgarlo a el ni a ella porque el está en derecho de hacer lo que quiera y a la chica no la conozco solo por lo que me he topado en algunos tweets se ve que el la quiere mucho y para el es "perfecta", casi para ponerla en un altar o llegar ahí con ella; pero siempre he pensado que cuando quieres comenzar una nueva relación o una vida con alguien debes estar libre de sombras o de fantasmas, no puedes compartir el corazón con dos personas adentro y por otro lado en lo personal no aguantaría saber que con quien estoy siente algo por alguien más, pero bueno, cada quién sabe qué hacer y cómo llevar su vida.

Solo espero como lo mencioné al principio que sea la mujer adecuada para él, al menos parecen tener más cosas en común que las que yo tenía con él, hay amor y hay ganas de que las cosas salgan bien, así que les deseo que les vaya muy bien.



viernes, 7 de agosto de 2015

Sin saber

Más de un año sin estar frente a la hoja en blanco de blogger.

No pienso hacer una recapitulación de mi vida desde que hice la última publicación, porque no tiene caso y habrá cosas de las cuales ya ni me acuerdo, prefiero partir de lo que en estos momentos me tiene un poco mal, al final sabemos que éste es un blog de quejas y esto encaja a la perfección.


Este año cumplo 9 años de dar clases y durante éste tiempo no había tenido tanto problema ni tanto estrés en el trabajo. Quejas de alumnas, hipocresías, decepciones (muchas, y unas más que se han presentado fuera de lo laboral), gente malagradecida, rabia, trabajo gratuito, poca valoración de mi trabajo y un largo etcétera.

Respecto a las quejas en este punto no sé cómo tomarlas; es decir, ¿se trata de quejas que tienen fundamentos o son quejas que son hechas solo por gente ardida y encaprichada? La gente bien podría decirme que hay que tomar las cosas de quien viene, pero, ¿si de la persona de quien viene en realidad está diciendo una verdad incómoda? 
Sinceramente me siento muy desanimada y llena de dudas. En realidad el trabajo que creo que realizo con calidad, ¿no lo es?. He perdido hasta el deseo de volver al aula y dar lo mejor que puedo dar, quizá me dejo llevar mucho por esos comentarios que se han convertido en palabras hirientes o quizá esto se trata del principio del fin. ¿Debo hacer un alto en éste camino, cerrar el ciclo y enfocarme a otro tipo de cosas que me llenen por completo?

Antes solía entusiasmarme y dar la clase con gusto, ahora me siento a disgusto y siento que no tengo la disposición de tratar con gente que no quiere que esté frente al grupo, gente que duda de mi capacidad y que encima de todo me hace dudar de éste camino recorrido.

Estoy a unas semanas de volver, estoy llena de pendientes del trabajo pero también estoy llena de apatía, quiero ponerme a trabajar, a no dejarme doblar y aprender más pero simplemente me quedo parada, sin hacer nada; me llegan latidos repentinos como si fueran impulsos que quieren salir de mi y de que de una manera "mágica" finalmente me ponga a trabajar, pero así como llegan, así se van.

Fuera de esto tengo un par de proyectos en mente, pero pienso que no puedo dejar algo "seguro" para aventurarme a algo de lo cual aún me falta mucho camino por recorrer para poder desempeñarlo de una manera adecuada, entre otras cosas. Digamos que el trabajo aunque ya no me esté gustando hacerlo, me da algunos "privilegios" o libertades que puedo realizar y que muy probablemente con los otros dos proyectos no pueda hacerlo.

Quizá pueda desarrollar mi trabajo actual con alguno de esos proyectos, pero a veces falta tiempo o falta también cooperación por parte mía o de la otra persona que es colaboradora.

Soy un completo caos mental, no tengo una claridad en esta vida que va corriendo tan rápido y en la cual estoy parada y no se qué rumbo tomar. Tengo muchas otras ideas, dudas, pienso "¿Y si me dedico a hacer esto?", "¿si hago aquello?", pero no defino nada. Creo que mucho tiene que ver con la inseguridad que suelo sentir en cada aspecto de mi vida, la falta de confianza en mi y si, falta de confianza en la gente. A veces he trabajado tanto, me he esforzado y la gente no agradece ni valora nada de lo que hago y eso me hace pensar "¿en verdad debo seguir con ésto?"

¿Qué hago? simplemente me siento perdida.




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