Después de muchos años de espera se me cumplió el sueño de
ir a un concierto de uno de los hombres más importantes de la trova,
iniciadores de la llamada “nueva escuela”, Silvio Rodríguez.
El viaje fue ameno y corto, pero las ansias eran más.
La luna apareció temprano acompañándonos en parte del viaje,
guiándonos al magnífico edificio del Auditorio Telmex. La gente iba y venía
(demasiados fresas fue lo que percibí). Antes de entrar vimos a un chavo con una playera con la
silueta de Silvio cuando era joven, la compramos de forma discreta porque eran
productos no oficiales y andaban algo filosos los inspectores.
Entramos al auditorio y para hacer más corta la espera, que
fue algo así como media hora, nos tomamos una mega cerveza y unos nachos.
En una de las puertas que abrieron alcancé a ver el
escenario y me encantó, una lona con siluetas de árboles y al frente la figura
de un hombre que deduje que se trataba de José Martí, uno de los hombres que
admira Silvio y que le ha servido de inspiración en su carrera.
Al entrar me acerqué (con el permiso de los de seguridad) al
escenario para tomar un par de fotos y para ver un poco más de cerca el lugar
donde Silvio haría de una noche sencilla algo mágico.
Por fin entra Silvio con sus músicos y comienza el viaje y
la realización del sueño de los presentes.
Comienza con canciones inéditas que el mismo Silvio más
tarde menciona que en la mayor parte del concierto se tocarán canciones de un
disco que están grabando y que aún no sabe si titularlo como “Amoríos”, que
será un concierto que hablará del amor. Al decirlo hace una pequeña pausa y
dice: “Pero no se preocupen, tocaremos esas canciones que siempre nos piden a
donde vamos” a cuya aclaración le continuó la euforia de los presentes.
Con el paso de dos o tres canciones le mencioné a mi tía “se
escucha súper bien, tienen buen sonido” y es que el sonido era tan nítido que
parecía que fuera un sonido de un álbum. En cuanto al volumen aparentemente
faltó un poco, porque uno de los asistentes (además de alguien que iba con
nosotros en el viaje) gritó en una de las pausas entre canción y canción “No se
escucha aquí con los pobres!!!”….Silvio sonríe y dice “A ver, súbanle más el
sonido a los pobres” y la audiencia rió.
“Con lo simple que suena la esperanza” decía una de sus
canciones, frase que me gustó mucho.
Y era José Martí aquel hombre que acompañaba a Silvio en el
escenario en un cuadro que había sido elaborado por un pintor mexicano. Ante la
presentación de éste invitado, José Martí, nos cuenta Silvio que ese mismo día,
14 de marzo pero de 1892 Martí fundó el periódico
“Patria”.
Palabras más, palabras menos, Silvio menciona: “Hace muchos
años empecé con la idea de hacer una especie de sonata y me preguntaba por qué
no hacer en la música popular algo así. Por ahí tengo la fama de que dicen que a
Silvio no le gusta que aplauda el público y se molesta, lo ideal sería que no
aplaudieran en éstas canciones que están ligadas entre sí, pero por ahí, si a alguien
se le antoja aplaudir, adelante. Esto se llama ‘Tetralogía de una mujer con
sombrero’”. Y bueno, no faltó quien aplaudió entre canciones.
Es un privilegio escuchar canciones inéditas, pero me parece
que pudo haber balanceado la cantidad de las mismas y cantar más de las
conocidas, ya que la mayoría, si no me equivoco, esperamos tanto para verlo que
queríamos escuchar esas canciones que nos emocionan y de las que tanto
disfrutamos; que igual se disfruta lo nuevo, pero me quede con ganas de más,
quizá ocurra en mi segunda cita en un futuro espero no muy lejano.
Entre las canciones que eran conocidas para la mayoría,
fueron: “Una mujer con sombrero” que forma parte de la tetralogía, “Maiposas”, “Quién
fuera”, “La era está pariendo un corazón”, “El mayor”, “Carta a Violeta Parra”,
“Tonada del albedrío”, “Rabo de nube”, “Pequeña serenata diurna”, “Ojalá”, “La
maza”, entre otras, éstas dos últimas formaron parte del encore.
En un momento, se para Silvio y nos toma a una fotografía,
que espero suba a su blog.
Sus músicos: Jorge Aragón en el piano, Jorge Reyes en el
contrabajo, Emilio Vega en la percusión y el vibráfono, Oliver Valdés en la
batería y percusión, el trío Trivarroco, que en realidad eran dos y Niurka
González en la flauta y el clarinete.
El trío que esa noche era dúo se aventó muy buenos
guitarrazos y Niurka su excelente manejo de los instrumentos.
Las canciones conocidas sufrieron un poco de transformación,
pero quizá lo que no me convenció del todo fue que en algunas bajaba un poco la
intensidad y era una tonada un poco lenta que no permitía el canto desaforado
que quizá esperábamos hacer. Aún así, me gustó.
Lo lamentable de la noche fue cuando estaba cantando “Ojalá”
y un desubicado gritó de forma grosera “Toca la guitarra huevón” y por otro
lado se escuchó que alguien gritó otra babosada, mientras que la audiencia los callábamos
con un “sssshh”.
Concluye el concierto con “La maza” una de sus canciones más
conocidas y con mucho significado como suelen ser sus canciones. Al terminar la
canción se despidió y se despidió también de “los pobres”, pero los presentes
no queríamos dejarlo ir, aplaudimos hasta el cansancio y no volvió; ni hablar,
ya será para la próxima.
El auditorio no se llenó, pero creo que Silvio se fue
contento con el recibimiento y la reacción del público, al menos eso es lo que
espero.
Salimos del auditorio y como es natural se escuchaban
distintos comentarios, entre los comentarios que escuché por parte de los
viajantes fue precisamente lo que comenté del sonido a lo cual pensé que entonces
no estoy tan mensa XD y coincidimos en decir que faltó un poco más de esas
canciones que nos hacen soñar, pensar y vivir: “Faltó esta, faltó aquella” .
Souvenirs oficiales, muy caros y los productos oficiales
eran pocos, algunas playeras y dvd’s. Los inspectores estaban al asecho de los
vendedores y a uno de ellos le quitaron varias playeras, uno de los acompañantes del vendedor le gritó
al “inspector” “RATERO!!!” y salió a su defensa un hombre y el otro volvió en
una actitud en la que casi se veía venir un golpe. Casi me peleo porque le dije
al inspector “la verdad si eh?” y dije
en voz alta: “está bien que está cometiendo un delito, pero el también está
haciendo lo mismo, le está quitando sus cosas…” y mi mamá medio asustada dice, “ya
vente” jijijiji.
En el regreso siguieron los comentarios y por poco nos
ponemos a cantar todos, pero no nos animamos (ese sueño no se me cumplió).
Pusieron un dvd pero sin pantalla, sólo escuchamos y dormitamos y cerca de nuestro
destino nos pararon unos soldados que nos obligaron a bajar. Estábamos en el
calorcito y nos bajaron al frío!!! Y no paran a los que verdaderamente tienen
que bajar. ¬¬
En conclusión, fue una excelente noche en la que se me
cumplió el sueño de escucharlo hasta que se me pusiera la piel chinita, esas
canciones que tanto he cantado y tanto he soñado escuchar en vivo.